Cinco consejos para reformar tu casa

Puedes reformar tu casa de arriba a abajo por mucho menos dinero de lo que te costaría comprar una casa nueva. Y más ahora, que las ayudas y beneficios fiscales para la reforma de vivienda han aumentado y se han fijado objetivos para mejorar la eficiencia de los edificios.

Si quieres que tu obra se desarrolle sin problemas, debes empezar por planearla bien. Piensa primero en la época del año en la que te causará menos trastorno hacerla: ¿tal vez cuando tienes vacaciones o prefieres el invierno para asegurarte de que puedes estar al tanto? Debes decidir también si es el momento de abordar necesidades como el cambio de tuberías o instalar un sistema de calefacion más eficiente  y menos contaminante.

Una vez que hayas tomado esas decisiones básicas, sigue estas indicaciones.

1. Busca profesionales con referencias

Aunque sea una reforma pequeña, busca profesionales acreditados e, idealmente, con referencias de personas de tu confianza que hayan tranbajado con ellos. Es importante que además cuenten con un seguro de responsabilidad civil profesional que les cubra en caso de accidente. Tú, por tu parte, comprueba que tienes un seguro del hogar que cubra los posibles daños que se puedan producir en la vivienda y en la comunidad de vecinos.

Pide siempre que te facturen con IVA. Así podrás deducirte por las obras, solicitar ayudas públicas y, lo más importante, reclamar si la reforma se terminó mal.

2. Solicita tres presupuestos

Una vez tengas clara la reforma, pide, al menos, tres presupuestos diferentes. Solicita que estén detallados por partidas (albañilería, electricidad, fontanería…) y que especifiquen la calidad de los materiales a utilizar. Así podrás compararlos punto por punto y negociar la rebaja de algún apartado concreto.

Respecto a los materiales de la reforma, salvo que tengas la posibilidad de obtenerlos a buen precio, déjalo en manos del profesional, ya que puede obtener importantes descuentos de los proveedores.

3. Fija, por escrito, una fecha de finalización

Una vez seleccionado un presupuesto, inclúyelo como anexo en el contrato de obras. Es vital que este contrato fije una fecha de finalización de la reforma, superada la cual el profesional deberá pagar una penalización (por ejemplo, 60 euros por día de retraso).

Es habitual pagar una entrada que cubra la compra de los materiales, pero no debería superar el 30% del presupuesto total. Asocia el resto de los pagos a la realización de determinadas obras: albañilería, fontanería… Y deja siempre una cantidad pendiente para el final de la reforma.

4. Avisa a tus vecinos

Si la reforma es importante, tendrás que pedir permiso a la Comunidad. Y necesitarás su apoyo unánime cuando las obras afecten a la estructura del inmueble (muros de carga), a la fachada o a los elementos comunes; así como cuando se produce una segregación de la vivienda buscando efectos jurídicos.

Si la reforma es de pequeña entidad (pintar, cambiar las ventanas…) no es preciso pedir permiso a la comunidad. Pero conviene avisar a los vecinos que comparten pared sobre el horario y los plazos de las obras. Tampoco está de más dejarles un número de teléfono por si se produce algún incidente.

5. Mira a ver si necesitas una licencia

Hay reformas que precisan de una licencia de obra mayor, en cuyo caso hay que presentar en el Ayuntamiento un proyecto firmado por un arquitecto. Por ejemplo, hace falta licencia para obras que afecten a la estructura del inmueble (muros de carga), a la fachada o a los elementos comunes; así como las que amplíen el volumen del inmueble o impliquen un cambio de uso (un piso que se transforma en un local, por ejemplo).

El resto de las reformas se consideran de obra menor. Algunas pueden precisar de una licencia de obra menor o, simplemente, de un acto comunicado. Infórmate en tu Ayuntamiento.

 

 

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